Es muy difícil imaginar que a todos los
medios de comunicación españoles se les haya pasado la noticia “Rusia
apuntará sus misiles nucleares hacia España”. Una noticia así sería
portada en cualquier medio serio, en cambio, aquí no ha merecido mayor
atención que, si acaso, unas líneas escondidas en la sección de
internacional en zona poco visible. ¿Incapacidad profesional manifiesta?
Imposible. No hay otra explicación racional que la de ocultar
deliberadamente a los españoles las nefastas consecuencias de acceder a
las pretensiones norteamericanas de instalar en Cádiz uno de los nodos
del nuevo sistema antimisiles con el que EEUU pretenden conseguir una
ventaja estratégica sobre Rusia, aunque la excusa sean “los misiles
iraníes”.
En una país pacato dedicado a pagar las
deudas de los banqueros, se anunció a bombo y platillo que nuestro más
poderoso aliado “nos había escogido”, junto a Portugal, Polonia y
Rumanía, para ser de los “privilegiados” en los que se instalaría el
famoso sistema antimisiles (desarrollo caro e inútil de aquél proyecto
que se denominó “guerra de las galaxias” en la época del
presidenteReagan).
Aquí todo fueron fanfarrias emuladoras
de la famosa película de Berlanga. El nuevo sistema se instalaría en la
Base de Rota (Cádiz), traería puestos de trabajo, venta de suministros y
transferencias de tecnología y, sobre todo, indicaba que nuevamente
España, como en tiempos del “trío de las Azores”, contaba en el mundo
–es decir, para los americanos-.
Luego, todo se ha visto reducido un
poco, hasta el punto de que las obras de albañilería para el
acondicionamiento de la base de Rota las está realizando una empresa
norteamericana no muy conforme con respetar los derechos y condiciones
laborales vigentes en nuestro país, pero bueno… todo se vendió como
ventajas.
Pero lo que se le ocultó a los
españoles fue la reacción de los rusos. Acompañamos a este artículo una
traducción al español de la versión en inglés publicada en el sitio
oficial de la presidencia rusahttp://eng.news.kremlin.ru/,
del discurso al pueblo ruso del todavía presidente de Rusia y hoy
primer ministro Dimitri Medvédev, el pasado 23 de noviembre. Este
discurso es de importancia fundamental para entender la dinámica de
tensión en la cual nos encontramos y, en lo que nos concierne, para que
los españoles se enteren que nuestra actitud de “Bienvenido Mr Marshall”
ha provocado una “ganancia” difícil de superar: que los misiles
nucleares rusos apunten hacia territorio español. He aquí el discurso de
Medvédev:
Dicho de forma breve, Rusia instalará
en la región de Kaliningrado sus lanzadores de misiles nucleares
Iskander apuntando a las bases del sistema antimisiles norteamericano… y
uno de esos puntos es Rota. Hay que señalar que la cercanía de
Kalinigrado a Polonia, Rumanía y España hace inútil el despliegue del
sistema instalado por EEUU y nada impediría que las ojivas atómicas
alcanzaran sus objetivos. ¡Un gran negocio, señoras y señores!
Por supuesto, no faltará –una vez más,
como en la película de Berlanga- el pesebrero o el lacayo que nos diga
que es un sistema de armas “defensivo” que tampoco tiene porqué molestar
a los rusos ni a nadie y que ya se sabe, va dirigido a detener un
ataque masivo de los misiles iraníes sobre Occidente. Lo peor es que lo
dirá creyéndoselo…
La mejor respuesta al disparate del
famoso “sistema antimisiles” es un breve relato caricaturesco que ha
circulado por la red y que más o menos viene a contar una graciosa
situación:
“Un buen día, los titulares de los
periódicos de todo el mundo estaban escritos con la palabra
“catástrofe”. Los canales de televisión transmitían histéricos desde
diversos puntos de la costa atlántica de los Estados Unidos. En todos
ellos podía divisarse una cantidad aún no determinada de submarinos
rusos aproximadamente a siete kilómetros de las playas.
Al segundo día los medios comenzaron a
difundir mayores detalles de este inusitado despliegue bélico marino. En
total, eran ciento once submarinos rusos que rodeaban a los
norteamericanos en su litoral oriental. Los titulares en el segundo día
ya no eran tan grandes y no incluían expresiones tales como “Tercera
Guerra Mundial”, “Apocalipsis Now” y similares. El gobierno de Obama
esperaba con ansiedad la respuesta exigida a Moscú respecto a esa
ominosa presencia.
Finalmente, al tercer día se anunció
que el Presidente Vladimir Putin dirigiría un mensaje al mundo
explicando el por qué de ese temible despliegue. A las 07:00 PM hora de
Moscú, pudo verse y escucharse con claridad la imagen y la voz del
mandatario ruso:
“Cumpliendo con nuestro deber de
asegurar la paz mundial frente a la amenaza terrorista y en reciprocidad
a la conducta de los Estados Unidos, hemos establecido un sistema
antimisiles en la costa atlántica de ese país para impedir que sea
atacado por sorpresa por los misiles británicos”.”
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