BASTA DE VIVIR SUMERGIDOS EN LA MENTIRA, DE VIVIR EN UN SISTEMA DONDE SABEMOS QUE NO ES EL MEJOR, DONDE DELEGAMOS PODER Y RESPONSABILIDAD A GOBERNANTES CORRUPTOS YA QUE NO SOMOS CONSCIENTES DE QUE EL PODER Y LA RESPONSABILIDAD DEBEMOS DE TOMARLOS NOSOTROS. UNA SOCIEDAD MEJOR NO DEPENDE DE NADIE MAS QUE DE VOS.
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miércoles, 20 de junio de 2012
Convergencia de luchas para salir del capitalismo y construir un nuevo modelo económico ecologista y feminista
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La Economía Política es una de las herramientas
que tanto los movimientos obreros del pasado cómo las luchas feministas
y ecologistas del último medio siglo nos han legado para entender mejor
el sistema capitalista y plantear seriamente conflictos que abran el
camino hacia alternativas emancipadoras. Nuevos modelos económicos se
han experimentado desde siempre en el seno de los movimientos
revolucionarios y su legado recae sobre las organizaciones y ámbitos
comunitarios que trabajan por el cambio. No son pocas las divergencias
aparecidas en los debates sobre el sistema de producción y distribución
que queremos para garantizar las necesidades de nuestras sociedades y
establecer relaciones de intercambio entre pueblos, erradicando las
opresiones entre las especies de la vida en la tierra, las clases
sociales y los sexos.
Los planteamientos anarquistas y libertarios no están
sólos en este cometido. Los diversos marxismos ; los ecologismos y los
feminismos ; las derivadas más consecuentes del keynesianismo y la
socialdemocracia ; o incluso algunas de las tradiciones religiosas o
comunitarias son paradigmas que (se) nutren (de) cuerpos sociales y
fuerzas vivas capaces de articular en común una reordenación de la vida
económica. Si se dejan atrás los sectarismos y nos unimos en la lucha y
la organización de base, éstas y otras tradiciones de pensamiento, de
militancia o de mera actitud concienciada, pueden reciclarse en la
historia para construir una vía de salida del capitalismo, siendo
capaces de enfrentarse a los decadentes poderes establecidos y de
instaurar mediante la democracia directa un proceso de reconsideración
radical de nuestras necesidades y trabajos colectivos.
Desde sectores marginados en unas facultades gobernadas
en su mayoría por economistas individualistas y egoístas – no tanto como
el homo economicus que propugnan –, muchas personas hace
décadas que están cooperando honestamente hacia fuera de la universidad,
con la intención de articular esta síntesis y nutrir(se de) los
movimientos sociales y las alternativas económicas en construcción. El
último encuentro de una de las redes que trata de remar en este sentido
se celebró en las XIII. Jornadas de Economía Crítica de febrero
en Sevilla. Allí unas doscientas personas interesadas en la economía
desde posiciones mayormente anticapitalistas tuvimos ocasión de
contrastar y debatir en diversas áreas. Sesiones plenarias, talleres con
movimientos sociales y (re)encuentros informales fueron también una
buena ocasión para tomar aire fresco y acercar posiciones de cara a los
procesos locales en que estamos inmersas. Durante varios días personas
de diversas procedencias políticas y geográficas pudimos afinar en común
las concepciones sobre la economía en sus diferentes vertientes, para
apuntalar la de-construcción del capitalismo y del patriarcado en
nuestras relaciones sociales (re)productivas. Allí pudimos conocer de
primera mano muchas iniciativas de estudio popular de la economía y
cogimos fuerzas para seguir trabajando en este enjambre sin reina que
es la difusa red de Economía Crítica, compuesta de personas,
colectivos, organizaciones e instituciones universitarias que trabajan a
la luz de los movimientos de transformación social y de sus necesidades
(auto)analíticas.
Las economistas feministas son seguramente las que más
aportan en esta síntesis entre diversas tradiciones. Si ya en ediciones
precedentes Cristina Carrasco y Amaia Orozco, entre otras, habían
seducido hasta a los marxistas más rudos con sus análisis del conflicto
existente entre la lógica de acumulación del capital y la de
sostenibilidad del conjunto de la vida – más allá de la opresión del
trabajo asalariado –, se observa cada vez más una fuerte confluencia
teórica y práctica entre economistas feministas y ecologistas en su
lucha contra el capitalismo destructor de la vida y en el
establecimiento de propuestas comunes de cambio radical del sistema.
Ideas cómo las que defienden las jóvenes Bibiana Medialdea o Alberto
Garzón también invitan a pensar que amplios y diversos sectores de
militancia comunista están dispuestos a aunar esfuerzos en ese sentido,
sin las vanguardias y comisarios políticos de antaño. Las múltiples
experiencias agroecologistas abren vías de trabajo en común entre el
campo y la ciudad para una relocalización y des-industrialización de la
economía de cara al declive de las energías fósiles. El sindicalismo
agrario más combativo gana fuerza en muchos lugares y muestra la
posibilidad de aunar programas de lucha entre países centrales y
periféricos del sistema-mundo, apostando por tácticas como la ocupación
de tierras o inmuebles contra la dictadura de la propiedad privada y
“los mercados”.
Yayo Herrero de Ecologistas en Acción intervino en uno de los plenarios de Sevilla con una exposición sobre la actual crisis de civilización, enfangada en una deuda ecológica creciente y en una reaccionaria cadena global de cuidados mercantilizados.
Nos alertaba sobre las falsas alternativas del capitalismo verde y el
riesgo de que éste derive en nuevos regímenes eco-fascistas de reducción
drástica y militar de la población. En absoluto cegada por el
optimismo, también apuntaba una vía posible para mantener viva la
esperanza y “hacer una reflexión compartida en diferentes escalas y ámbitos de nuestras sociedades sobre los sectores productivos con perspectiva de un futuro de equidad y sostenibilidad”.
Podemos dar desde ya un impulso popular a sectores cómo la
rehabilitación ecológica de los edificios, la preservación de los
ecosistemas, el transporte colectivo, la descentralización energética o
la relocalización de circuitos económicos de proximidad de cara a
satisfacer las necesidades básicas. También podemos luchar por unos
servicios realmente públicos que pongan en trabajadores y usuarias las
decisiones sobre su sentido y orientación. Desde una perspectiva más
global podemos reconsiderar colectivamente los tiempos y modelos
organizativos de los trabajos remunerados y no remunerados,
repartiéndolos mejor y estableciendo redes de cooperación y apoyo mutuo.
Sin obviar el impulso que los momentos de mayor
movilización pueden suponer, estos deseos de cambiar el sistema
requieren un trabajo unitario de cara a la gente y sostenido en el
tiempo en los ámbitos locales. Batzar (asamblea) y Auzolan(trabajo
comunitario) le decimos en las comarcas de Euskal Herriak. Más allá de
los brindis al sol, esta convergencia sólo se puede construir en la
lucha contra los poderes actualmente establecidos, dando pie a una serie
de ofensivas estratégicas para reconquistar ámbitos de nuestras
sociedades colonizadas por entes burocrático-capitalistas y consolidar
los procesos que ya levantan los cimientos de una economía alternativa y
solidaria. La conversión generalizada que nuestra sociedad busca en sus
bases más íntimas y dolorosas, se abre paso y requiere de la suma de
toda propuesta dispuesta a un debate abierto y honesto en común. La
“Unión, Acción y Autogestión” de toda la vida puesta sobre el tapete,
manteniendo unos principios radicales por la emancipación y contra los
compromisos con los que actualmente tienen la sartén por el mango, pero
sin estancarse en guetos ni en purismos que ya deberían ser reliquias
del pasado. Si nos unimos, no nos podrán parar.
Dosier completo sobre las XIII Jornadas de Economía Crítica de Sevilla pinchando aqui
Fuente: economiacritica.net
http://sociologosplebeyos.wordpress.com/2012/06/18/convergencia-de-luchas-para-salir-del-capitalismo-y-construir-un-nuevo-modelo-economico-ecologista-y-feminista/
El verdadero desarrollo
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Ninguna práctica organizacional, sistema social o económico alguno se sostiene por sus propias bases: se erigen inevitablemente, sobre una “plataforma metafísica”, es decir un punto de vista básico que se tiene sobre la vida, su significado y su propósito. Los sistemas de interacción y relacionamiento social y cultural no son sino las encarnaciones de las más primordiales actitudes, cualidades y aspiraciones del ser humano (sean estas virtuosas o no). Por décadas nos hemos adoctrinado en el empleo ingenioso de la tendencia humana a la codicia, el individualismo y el egoísmo como fuerzas motivadoras de nuestras acciones. No hay razón para separar el desarrollo humano de la eficacia en el ámbito de nuestro quehacer económico y menos laboral. No hay ninguna razón… No hay necesidad de negar que el consumo, la riqueza, la educación, la investigación y muchas otras cosas son necesarias en cualquier sociedad, pero lo que si es imperiosamente ineludible hoy, es una revisión de los fines a los que se supone sirven estos medios.
Hoy tal vez como nunca antes,
tenemos la posibilidad de desarrollar un enfoque sistémico-holístico,
mundocéntrico que reinterprete, interrelacione y resignifique los
conflictos de la actualidad en el ámbito de la política, las
relaciones internacionales, la economía, la ética contemporánea, la
ecología y hasta la psicología social. Hoy, tal vez como nunca antes,
gracias a las hipermediaciones, tenemos la posibilidad de desplegar el
renacimiento potenciado de las relaciones humanas, de recrear un nuevo
modelo de interacción centrado en la felicidad, no ya como un inventario
de experiencias individualizantes sino como un devenir de
conversaciones que exaltan lo humano que pervive en esa complejidad que
es la práctica de la verdadera comunidad.
El verdadero desarrollo de los
pueblos no se debe apreciar como la mera capacidad de producción
material de bienes de consumo, como un proceso mecanizado consistente en
nacer, escolarizarse, trabajar y esperar la muerte. El verdadero
desarrollo atañe a los seres humanos y debería compelirlos a
auto-realizarse integralmente al enriquecerse con valores espirituales,
intelectuales, sociales, vitales, afectivos, estéticos y éticos. Se
trata de riqueza, por supuesto, pero no (sólo) de carácter material
sino también, trascendental. Si pensamos así, y hoy queda muy claro, el
subdesarrollo yace desparramado en todo el mundo, incluyendo a los
países calificados como desarrollados. Nunca como hoy tantas
contradicciones vinculadas al desarrollo se han puesto al descubierto.
Dinámicas de interacción colaborativa,
como las que se producen en la red, modos de intercambio y cooperación y
sistemas económicos alternativos libran batallas en una guerra que no
pueden ganar, a menos que encuentren algún fruto surgido de una renovada
visión, más humana y espiritual y sean, efectivamente, aceptados,
promovidos y, por qué no, adoptados, por una masa crítica de actores de
nuestras elites políticas y económicas. Claramente, somos cada vez más
quienes nos vamos dando cuenta de que hay una tendencia de cambio. Está en todos nosotros, quienes estamos convencidos de ello, en pulsar presionando por la necesaria transformación cultural. Nosotros,
tal vez sin darnos cuenta, también, apalancamos el florecimiento de esa
masa crítica. Tenemos muchísimos medios a disposición para hacerlo y
contribuir a resetear la realidad con miras a actualizar el sistema
operativo de nuestra sociedad. El desafío está en sostener nuestro convencimiento y ponerlo de manifiesto en cuanto ámbito sea posible…
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http://humanismoyconectividad.wordpress.com/2012/06/18/el-verdadero-desarrollo/
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